Recuerdo una fábula de un padre que caminaba por una solitaria playa de la mano de su hijo de 12 años, de repente el padre se detiene y recoge una estrella de mar varada en una roca y la devuelve al océano. El hijo, le pregunta por qué lo ha hecho… ya que piensa que no es importante devolver una estrella de mar al océano, cuando hay muchas más en la playa, a lo que el padre le contestó, quizá para nosotros no sea muy importante pero para ella si lo ha sido. Solemos poner el acento en los problemas, pero pasamos por alto intentar exprimir el tarro de las soluciones, a veces pequeñas, en ocasiones algunas pueden parecer absurdas, o incluso ridículas, pero siempre importantes ya que provienen del pensamiento, sí eso que usamos poco... Vamos a lanzar dos estrellas al mar: Caminando hace unos días con un amigo, me propuso una idea que me pareció genial por lo simple, hasta me da risa cuando lo estoy escribiendo, sabemos en qué consiste la “disciplina de partido”...